Estoy contra las fronteras, y más contra los muros.
Son residuos de nuestra genética territorialista animal.
Pero me temo que tendríamos que volver a nacer -es decir, tener otra genética- para poder convivir simplemente como seres humanos, formando una misma y gran familia.
Dos ejemplos de mi pesimismo realista:
a) El ¿¿¿???Trump.
b) Los catalanes independentistas.
¡¡¡¡¡genial El Roto!!!!!
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