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| La sala capitular es de lo poco que queda de los orígenes del Monasterio. Es de finales del s. XII o principios del s. XIII (de ahí los arcos apuntados , levemente, y la bóveda simple de crucería). Es un modelo de severidad, sencillez y fuerza. Está muy bien conservada y es considerada una de las mejores del Císter en España. |
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| En la sala capitular de un monasterio cisterciense se reunían los monjes, todos los días después de prima para recibir las instrucciones del abad y leer un capítulo de la regla. También en esta sala recibían el hábito los futuros religiosos; se reunía la comunidad de los monjes para elegir abad, deliberar sobre decisiones que había que tomar relativas a las compras, las ventas o los cambios. También en esta sala los monjes se acusaban de las faltas a la regla: La culpa. |
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| La entrada está formada por tres grandes arcos: el central es la puerta y las dos laterales cobijan ventanas. Los arcos grandes son apuntados: el central lleva cuatro arquivoltas y a cada una de estas le corresponde un par de columnas y otro par al arco interior de la puerta. |
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| En los grandes arcos laterales se abren ventanas; aquí la arquivolta baja, de las tres que tienen los arcos, no arranca de columnas, sino de jambas. Las ventanas están formadas por huecos gemelos que aparecen igual por dentro que por fuera. |
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| En la parte alta de esta sala (no visitable) se situaba el dormitorio de los monjes. Éstos debían dormir en una estancia común y acostarse vestidos en lechos que no pasaban de ser simples colchones de paja, dispuestos a lo largo de los muros laterales y con la cabeza junto a ellos. Fuente: un magnífico libro de Jesús I. San José Negro, "La Santa Espina. El monasterio y su entorno". Diputación de Valladolid. |
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