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| TORO. ZAMORA. Segunda entrega sobre esa campaña que desde este blog estoy haciendo contra la mala costumbre y nulo sentido cultural-estético, de aparcar impidiendo la visión y el disfrute de edificios artísticos. En estos dos casos, o, al menos, en el segundo, existía espacio para aparcar (aunque fuera muy próximo a la entrada) y, sin el más mínimo rubor, el "cochero" aparca en la acera. (Existen más casos, en esta ciudad de Toro -hermosísima y con larga historia, como poco a poco os mostraré- pero que no os muestro porque logré esquivar). |
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