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El 26 de julio de 1953, cuando el carnaval se encontraba en su apogeo, unos 100 rebeldes dirigidos por Fidel Castro ataron este cuartel, una construcción del siglo XIX.
La toma de Moncada, el segundo cuartel más grande de Cuba, hubiera supuesto el control de un gran número de armas y por lo tanto hubiera desencadenado una sublevación general.
Al parecer, el ataque fue todo un fracaso. Ocho de los jóvenes activistas revolucionarios murieron en el ataque. Otros 50 fueron hechos prisioneros, torturados y ejecutados. Esto se muestra en el interior, con fotos de los ejecutados.
En la fachada se conservan los agujeros de las balas y alberga un colegio y un Museo Histórico, con objetos pertenecientes a Fidel y Raúl Castro, y al Ché Guevara. No nos dejaron hacer fotos.
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