LIBRO RECOMENDADO ESTA SEMANA.

JUANA LA BELTRANEJA. JUANA LA LOCA.
¿Quién de ellas fue Juana I de Castilla?
La reina , ¿bastarda?, traicionada por su prima y madrina ,Isabel la Católica.
La reina ,¿loca?,  traicionada por su hijo, Carlos I  y su esposo, Felipe el Hermoso.
En el primer libro encontraréis la autobiografía de Juana, supuesta hija de Beltrán de la Cueva. Datos sobre ella y su época abundan, entremezclados con aspectos de pura ficción . Un relato ambientado en una época llena de gloria , controversias, intrigas palaciegas (la reina -"muchacha" para su tía Isabel- no puede ni ver al impresentable marqués de Villena) y medias verdades.
Juana , que relata su vida desde la proximidad de la muerte, llega a decir lo siguiente: "¿Quién era yo entonces?. Una reina incómoda para su rey, detestada por su tía y su esposo (los Reyes Católicos), y molesta para todos si se quería lograr la paz sin contar con mis derechos. Yo, Juana I de Castilla, he sido la reina más traicionada de la historia. Y no han sido grandes traiciones, sino traiciones miserables, interesadas y cobardes". Y poco más adelante: "Yo tenía muy clara una cosa: lo quisieran o no, lo reconocieran o lo negaran , yo nací princesa heredera, y soy y seré hasta el día de mi muerte la reina Juana I de Castilla, aunque le hayan dado ese mi nombre y el número primero a la hija tercera de la usurpadora, que además lleva el triste sobrenombre de la Loca".
Una curiosidad-duda: el autor del libro, José Miguel Carrillo de Albornoz tiene los mismos apellidos que uno de los familiares del famoso arzobispo de Toledo que casó a Isabel, y que, posteriormente, apoyó a Juana. He aquí una cita: " el arzobispo (Carrillo)...acababa de nombrar a su sobrino carnal, Alfonso Carrillo de Albornoz, obispo de Pamplona".

En el segundo libro encontraréis todas las penalidades por las que tuvo que pasar esta Reina virtual y mujer equivocadamente enamorada. En el libro aparecen reflejadas dichas desgracias tal y como os presento en estas breves citas. "...porque se quiere quexar de la manera cómo la tienen y para saber de sus cosas..."; "...mandan a las mujeres que no la dexen salir a la sala y corredores y la encierren en su cámara, que no tiene luz ninguna, sino con velas..."; y, para terminar, "Era el Jueves Santo, de forma que también vivió Juana de Castilla su propia pasión, asistida por s. Francisco de Borja, que en eso sí tuvo gran consuelo. Sus últimas palabras fueron : Jesucristo crucificado, sea conmigo.  Eran las seis de la mañana del día 12 de abril de 1555". Había pasado casi 50 años "en prisión", de ahí que el autor exclame, al final del libro: "al fin, Juana la Loca era libre".