Desde las sillas de mimbres se lanzan , en nombre de la supervivencia, al pillaje sin importarles la presencia humana...
En estado de expectativa, aparentemente relajados, observadores, indiferentes a la presencia humana.....unos caras en toda regla.
Nada tienen que ver con aquellos pardales que yo conocí en mi pueblo. Aquellos eran carne de cañón de nuestras escopetas de aire comprimido.
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