3/16/2013

LA GUERRA....EN EL MUSEO ORIENTAL (y fín).

Hemos progresado tanto que con la mitad de las bombas que tenemos (las que yo tengo contabilizadas, no las que existen realmente, que me han dicho que son muchas más), seríamos capaces de convertir a la Humanidad en carne de cucaracha y  demás "microbios", y pasar a ser objeto de futuras investigaciones por parte de extraterrestres "bienpensantes". (Imaginaos: llega uno de ellos de la estrella Polar y se hace la pregunta fundamental: "¿habrá habido vida inteligente en el planetuco Tierra?").






La siguiente cita sobre CORTADORES DE CABEZA la he extraído del libro "Catay, el sueño de Colón" (adquirido en el Museo Oriental de Valladolid). Si esto hacían los "luzonensis" con la escasez de medios que tenían , no habrá que tener mucha imaginación para ver lo que hemos hecho nosotros los "cultos occidentales" y lo que seríamos capaces de hacer.

"Entre los Ibaloi de Luzón ningún hombre podía casarse sin haber cortado antes una cabeza, y cada año, después de cosechar el arroz, los hombres se marchaban a cortar cabezas en correrías que a veces duraban un mes (supongo que de aquí deriva nuestro mes de vacaciones).

El antropólogo Jenks habla de otras múltiples causas como el deseo de una cosecha abundante (yo , supongo, que de cabezas), el deseo de ser considerado valiente y fuerte (como en nuestra mili), el deseo de ser exaltado por la memoria de sus descendientes (recorred el mundo y comprobaréis que la mayoría de estatuas está dedicada a gente que destacó por matar a otra gente), el crecimiento de las riquezas (cuánto oro y plata robamos en América-Sur)...

La cabeza , que era cortada con el hacha "aliwa" (toda una "delicatese") pertenecía a quien había arrojado la primera lanza (lo hacían en compañía -nosotros lo llamaríamos, ejércitos- ). A veces se cortaban las manos y los pies (puestos a ello, rematemos la faena). Estas cabezas, manos y pies servían para adornar las paredes de las casas (por lo menos tenían sentido estético, peor hubiera sido que los hubieran comido)....

Al regresar una expedición con la cabeza de un enemigo se realizaba una fiesta a base de carne de perro y de carabao con vino de caña, que iba acompañada de danzas guerreras y cantos (una mezcla de fiesta de quintos y desfiles militares).

El guerrero que había cortado una cabeza, y los miembros de su familia (nepotismo),tenían derecho a hacerse un tatuaje en señal de valor y prestigio (a mí como si se hacen una foto con el apéndice craneal...)".

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ANIMALIA PLUS-3

LA CÚPULA DEL MILENIO. Valladolid.